ISSN: 1139-8736
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3.1.4. Las funciones del lenguaje

Si partimos del punto de vista de que los seres humanos creamos las lenguas para servirnos de ellas en las más variadas situaciones, debemos encontrar una relación entre las lenguas y nosotros. Una lengua es el reflejo de sus creadores. Cada una lleva la impronta de la cultura en la cual se usa. Pero el lenguaje presenta funciones generales más allá del uso específico en cada comunidad. Todos utilizamos el lenguaje para comunicarnos e interactuar con otras personas. Según Halliday (1975 : 148) existen tres grandes metafunciones del lenguaje, a saber:

a) la función ideativa que representa la relación entre el hablante y el mundo real que lo rodea incluyendo el propio ser como parte de él. Expresa la experiencia del hablante pero también la estructura y determina la forma en que vemos el mundo.

b) la función interpersonal, que permite el establecimiento y mantenimiento de relaciones sociales. Se trata de una función interactiva y sirve para expresar los diferentes roles sociales incluyendo los roles que cada uno asume en la comunicación.

Estas dos funciones básicas manifiestan los objetivos que las personas persiguen empleando el lenguaje: entender el mundo y actuar en él. La tercera metafunción es necesaria para hacer funcionar los componentes ideativo e interpersonal, en este sentido, es instrumental para ellas. Se trata de:

c) la función textual, a través de la cual la lengua establece correspondencia entre ella misma y la situación en la cual se emplea. Esta función permite establecer las relaciones de cohesión entre las partes de un texto y su adecuación a la situación concreta en que concurre.

Todas las metafunciones mencionadas se reflejan en la estructura de la cláusula a través de diversas estrategias.

La función ideativa se codifica mediante el modelo de la transitividad que constituye la expresión lingüística de los procesos, los participantes en el proceso y las circunstancias asociadas. Es representado en el esquema sintáctico SVO que representa típicamente el esquema semántico agente + proceso + paciente. Este modelo estructural permite codificar toda la gama de opciones semánticas posibles. De esta forma, se puede codificar información acerca de cualquier tipo de proceso (acción, evento, comportamiento, proceso mental, proceso verbal, existencia o relación). (Halliday 1985, 1989)

La función interpersonal se codifica mediante el sistema de modalidad, expresión gramatical de las " ‘funciones discursivas’ básicas de afirmación, pregunta, respuesta, orden y exclamación" (Halliday 1985 : 167). Refleja la actitud del hablante respecto a lo que dice y a quién se lo dice. La modalidad se manifiesta mediante una gran variedad de medios: léxicos, gramaticales, fonético-fonológico (entonación).

El principal recurso de codificación de la función textual es la tematización, es decir, la organización de la cláusula en forma de Tema más exposición (Rema). Mediante esta, se conecta la cláusula con el texto del que forma parte y le da cohesión. El Tema le permite al interlocutor seguir el hilo de lo que se le está diciendo y el Rema le proporciona nueva información sobre el primero. Es en esta función en que centro el interés del presente trabajo.

La transitividad, la modalidad y la tematización reflejan las tres metafunciones del lenguaje, anteriormente descritas, en la cláusula y representan el conjunto de opciones al cual el hablante recurre para construir su discurso y representar el mundo. Halliday (1975 : 149-150) señala que en cada acto de habla están presentes las funciones del lenguaje. El hablante tiene que elegir a la vez entre las diversas opciones. No decide primero qué contenido va a expresar para después seleccionar la modalidad – formular una frase aseverativa o una pregunta- y luego codificar el mensaje de acuerdo al contexto. Si las diferentes operaciones se realizaran de forma independiente, probablemente no llegaríamos nunca a expresar nada. El lenguaje no nos serviría de medio de comunicación, no sería eficiente. "Los actos de habla suponen una planificación continua y simultánea con respecto a todas las funciones del lenguaje." (ibid : 150) De ahí resulta que los diversos roles estructurales se solapan y una sola palabra puede representar diferentes significados. Por ejemplo, Alicia en la cláusula presentada en (3) ejerce las funciones de actor, sujeto y Tema4:

(3)

Alicia compró una casa en el campo.
TRANSITIVIDAD
Agente

Proceso

Acción
Meta (paciente) Locativo
MODALIDAD
Sujeto
Verbo finito
Objeto directo Complemento circunstancial de lugar
TEMA
Tema
Rema

Podemos decir, entonces, que la cláusula, reflejando las tres funciones del lenguaje (ideativa, interpersonal y textual), está organizada como una representación de un proceso, como una unidad de intercambio entre personas y como un mensaje que transporta información. (Halliday 1985 : 36-37)

Otros autores han definido la cláusula desde un punto de vista cognoscitivo como veremos en el apartado siguiente.


Notas

4 Para Halliday, el Tema se encuentra siempre en la primera posición. No estoy de acuerdo con este punto de vista y presentaré las razones más adelante. Sin embargo, en este ejemplo asumiré que Alicia es el Tema.


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