ISSN: 1139-8736
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1.1. Algunos conceptos preliminares

Existe un gran número de estudios acerca del tema que nos ocupa. Revisaremos algunos de ellos aquí:

Según la gramática tradicional, cada frase consta de dos partes: el sujeto y el predicado. Estos conceptos provienen de la lógica de Aristóteles y son utilizados en la gramática desde fines de la Edad Media. Los autores de la Gramática de Port-Royal publicada en 1660 establecen claramente la distinción entre las categorías de sujeto y predicado:

Le jugement que nous faisons des choses, comme quand je dis la terre est ronde, s’appelle proposition; et ainsi toute proposition enferme nécessairement deux termes; l’un appelé sujet, qui est ce dont on affirme, comme terre; et l’autre appelé attribut, qui est ce qu’on affirme, comme ronde; et de plus la liaison entre ces deux termes, est. (en Domínguez 1998 : 63)

Como las categorías de sujeto y predicado se basan en la expresión lógica en proposiciones, fueron designadas posteriormente también sujeto y predicado lógicos. En las lenguas indoeuropeas, el sujeto lógico coincide muchas veces con el sujeto gramatical de la frase y el predicado lógico con el del predicado gramatical. Este hecho causó muchas confusiones y diversidad de definiciones a lo largo de la historia que hasta hoy en día persisten. Dichas definiciones, comenzando con la de Port-Royal, reflejan la existencia de otro nivel en la lengua. Ciertamente, hay una estructura cuyas entidades son "aquello de lo que se dice algo" y "lo que se dice de ello". Pero no siempre son idénticas con el sujeto y predicado (gramaticales) ya que estos constituyen componentes de la cadena sintáctica y deben caracterizarse con criterios sintácticos.

Rojo (1983: 75 y subsiguiente) afirma la necesidad de diferenciar claramente entre los estratos sintáctico y semántico, además de un tercero, el informativo o pragmático. Este último fue identificado hace relativamente poco tiempo aunque ya está presente en los gramáticos del siglo pasado con la introducción de los términos sujeto y predicado psicológicos. Pero fue solo al comienzo de este siglo que su estudio recibió especial importancia gracias a los integrantes del Círculo Lingüístico de Praga. Ellos se preocupaban por fenómenos que en otras épocas e incluso en otras escuelas contemporáneas y algunas posteriores no eran de interés y por eso no fueron investigados. La Escuela de Praga, por su parte, intentó explicar la sucesión de miembros de una frase desde una dimensión nueva en la lingüística, es decir, desde la perspectiva de la comunicación real. Los hablantes tienen intenciones comunicativas diferentes lo que lleva a estructuras informativas distintas. Quisiera aclarar este punto con un ejemplo. Las oraciones:

1)

María compró las flores.

2)

Las flores, las compró María.

contienen los mismos elementos semánticos y sintácticos. Sin embargo, no se puede afirmar que son iguales. ¿Por qué? En la primera oración se habla de María y se dice algo sobre ella, mientras que, en la segunda oración se habla de las flores y se dice algo sobre ellas. Esta diferencia, en un contexto determinado, es de suma importancia. De esta forma, el hablante estructura la oración según sus necesidades comunicativas y orienta al interlocutor sobre ellas.

Los lingüistas praguenses parten del punto de vista de que la variación de los elementos en la cadena, como la ilustra el ejemplo (1), no se debe al azar o a un capricho de los hablantes. Tal como la lengua dispone de reglas para formar una oración sintácticamente correcta, ofrece también la posibilidad de elegir, entre un conjunto de opciones, el patrón que más eficientemente refleje las intenciones comunicativas de los hablantes.

Al afirmar que los estudios acerca de este problema en la lingüística son relativamente recientes, no quiero decir que no existían reflexiones antes sobre estos fenómenos. De hecho, están presentes en todo los estudios de retórica y de estilo. Pero fue el mérito de la Escuela de Praga de haberlas incluido en la lingüística.

Los trabajos de dicha escuela sobre la estructura informativa manejan principalmente las siguientes nociones:

Por un lado la de Tema y Rema (como constituyentes de la estructura pragmática, en adelante escribiré estos términos en mayúscula) . Esta diferenciación es antigua y se encuentra ya en Aristóteles y Platón para quienes los constituyentes de la oración fueron designados como ónoma y rema. Sin embargo, el significado de estos términos evolucionó y terminó en designar, respectivamente, sujeto y predicado como se plasma en la Gramática de Port-Royal. En los siglos siguientes, resultó sumamente difícil liberarse de las definiciones establecidas desde antiguo. Hasta hoy en día, se puede encontrar la definiciones del sujeto como "aquello de lo que se dice algo" y del predicado "lo que se dice del sujeto". Como ya señalé, estas definiciones nocionales reflejan la existencia de otro nivel que no concuerda con el de los componentes sintácticos.

Rojo (ibid:77) apunta que los diferentes estratos se mezclaron continuamente en la gramática tradicional que solo poseía los términos de sujeto y predicado para referirse a aspectos de esferas distintas. Mediante la adición de adjetivos se intentó remediar el problema. Los términos como sujeto lógico definido como "el que realiza la acción expresada por el verbo" y sujeto gramatical que concuerda con el verbo o aparece en nominativo son el reflejo de esta situación. En el siglo pasado aparece otro concepto a que ya hice referencia. Von der Gabelentz y Paul introdujeron el sujeto psicológico y lo diferenciaron del sujeto gramatical. El último recibió una definición en términos morfosintácticos y el sujeto psicológico constituye, para von der Gabelentz, "el objeto del discurso", es el elemento sobre el cual el hablante quiere captar la atención del oyente para que este piense tal o cual cosa de él. (en Schlobinski y Schütze-Coburn 1992 : 89)

Pero, como vimos, solo los integrantes del Círculo Lingüístico de Praga reconocieron la importancia de lo que llamo aquí el nivel pragmático y sus componentes que designaron Tema y Rema. Señalaron que la organización de los mensajes no se explica exclusivamente tomando en cuenta factores sintácticos sino también las intenciones comunicativas reales de los hablantes. Sujeto y predicado, por un lado, y Tema y Rema, por el otro, trabajan juntos en la estructuración de las oraciones. Los primeros, las estructuran sintácticamente, los segundos en vista de lo que se viene diciendo, es decir, en relación con el texto en que se inserta dicha oración, el único lugar, donde puede cobrar sentido.

A pesar de haber explicado el funcionamiento del lenguaje desde una perspectiva nueva, las definiciones que presentan los praguenses respecto al Tema son bastante variadas como veremos más adelante en el Capítulo 3.

Con Rojo (ibid : 89) podemos concluir que Tema y Rema son las funciones "más distantes de la gramática tradicional, las que, sin estar del todo ausentes ..., han sido menos trabajadas." Ni las otras corrientes del estructuralismo europeo ni la gramática generativa-transformacional las han integrado en sus modelos teóricos de la lengua. Estos hechos explican, en gran parte, las discrepancias entre los lingüistas que estudian en nuestro tiempo dichas funciones.

Además se debe mencionar el uso de términos como topic / comment en inglés para Tema y Rema. Se presentan como supuestos sinónimos o aparentes traducciones con el mismo significado pero al estudiarlas se nota que, igualmente, hay una gran variedad de definiciones y, generalmente, no concuerdan con las de Tema y Rema. Así señala Halliday (1985 : 39) que topic es un término que, generalmente, se usa para hacer referencia a dos conceptos funcionalmente diferentes, uno es el de Tema y otro el de la información dada con lo que hace falta mencionar otra pareja nocional importante: la de información dada e información nueva. También se encuentran exposiciones muy variadas acerca de estos conceptos. Y, al igual que en el caso de los conceptos anteriormente descritos, existen varios términos como información "dada", "vieja" o "conocida" utilizados sin aparente diferencia.

Así, no sorprende el hecho de que un problema grave para la realización de este trabajo es la poca consistencia en la terminología y la gran variedad de definiciones de los términos en la teoría. Los conceptos se han modificado y reinterpretado continuamente, han recibido otras designaciones o son usados sin revisión crítica, como afirma Keijsper (en Schlobinski y Schütze-Coburn 1992 : 117) acerca de las nociones de Tema y Rema:

The most striking fact in the history of the theme-rheme problem is that the primitive status of the notions used has never been scrutinized. These notions travelled from Aristotle straight to modern linguistics, turning from philosophical into logical, psychological, semantic and pragmatic primitives.

En muchos trabajos se nota una identificación equivocada de fenómenos pertenecientes a estratos diferentes. Ya señalé que hay que distinguir entre las funciones sintácticas y pragmáticas que no coinciden necesariamente. Igualmente, se debe diferenciar entre la estructura temática y el estado de activación de la información, conceptos frecuentemente mezclados. Cada uno de estos cumple su propia función aunque si es verdad que tienen puntos de contacto y se solapan como veremos en los próximos capítulos.

Otro defecto que presentan, en general, los trabajos que nos sirven de antecedentes es que tratan el problema únicamente desde el punto de vista teórico. Naturalmente, no quiero cuestionar esta perspectiva. Es sumamente necesaria. Pero, a veces, los resultados parecen demasiado fáciles sobre todo en el momento en que se desea aplicarlos a datos reales. Los pocos ejemplos que utilizan los autores tampoco son de gran ayuda porque, generalmente, se trata de frases aisladas sin ningún contexto. Esto puede llevar a conclusiones equivocadas.

Por otra parte, si se dan ejemplos, estos están, en la mayoría de los casos, en inglés porque casi todos los estudios acerca del tema son escritos por angloparlantes o autores que escriben en inglés. Aunque podemos asumir que la estructura informativa es un universal (ya que debe formar parte de la organización de toda lengua para que esta pueda cumplir su función comunicativa), hay que comprobarla también en otras lenguas y describir los medios específicos que cada una de ellas utiliza.

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