ISSN: 1139-8736
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2.5 PROSODIA Y TRANSCRIPCIÓN

En el primer capítulo, nos referimos a la transcripción de textos orales es un mal necesario, porque facilita el trabajo del analista. De hecho, toda transcripción lleva implícita una labor de análisis. Sin embargo, debe partirse de la premisa de que una transcripción nunca podrá reflejar la riqueza de la oralidad. Chafe (1980, 1987) propone por esta razón una segmentación del texto oral a partir de las pausas que hay en él con la finalidad de hacer patente la señalización enviada al oyente por el hablante que se lleva a cabo en unidades de información. Este autor las define como "una secuencia de palabras combinada bajo un único contorno de entonación, usualmente precedido por una pausa" (Chafe 1987a:22).

Como ya hemos visto, no son las pausas solas las que delimitan éstas unidades, sino que también lo hace la entonación. Esas unidades de información no siempre se corresponden con las oraciones, porque no siempre están compuestas por sujeto, verbo y objeto; lo rítmico y entonativo tiene un peso muy importante en la delimitación de estos segmentos, llamados generalmente cláusulas. Así, la cláusula parece corresponderse grosso modo con la unidad de información (lo que el hablante puede procesar de una vez), con la unidad de sentido y la unidad de entonación, como puede verse en el Cuadro 2. Hay que entender que, cuando decimos cláusulas, nos referimos a un nivel sintáctico, así como va implícito el nivel cognitivo cuando decimos unidades de información. Sin embargo, en este libro las llamaremos unidades de información o cláusulas, o frases alternadamente, aunque hubiéramos preferido llamarlas siempre con el término frases, por su cercanía con las frases musicales, idea mucho más acorde con lo que realmente oímos. Véase lo expresado en el Cuadro 2.


    sintáctica     semántica     cognitiva     fonética
 Frase o cláusula  Unidad de sentido  Unidad de información  Unidad de entonación

Cuadro 2. Unidades de análisis

Las unidades de información se conforman a partir del peso informativo de sus componentes. Esto está relacionado con factores cognitivos, como dijimos anteriormente, debido a la capacidad de procesamiento de esa misma información. A grandes rasgos, una línea de oralidad transcrita estaría formada por una cláusula. Hay una tendencia universal de las lenguas a tener encada cláusula una sola frase nominal léxica (DuBois, 1987; Bentivoglio, 1993). Es más común encontrar frases como ella es una niña linda que como la niña linda come fresas maduras , dado que el flujo de la información parece ser paulatino, como las olas del mar, y el sujeto de una oración es adecuado pragmáticamente sólo si transmite información dada o accesible, o bien si transmite información nueva pero trivial (Chafe, 1994, Bentivoglio, 2000). Estas frases nominales léxicas constituyen precisamente el tópico de cada línea. Los lexemas se encuentran hacia el final de cada unidad, y por ende de cada línea de transcripción, dado probablemente al hecho de que la información nueva va al final de la cláusula y los sujetos tienden a ser "livianos".

Es sintomático de la oralidad que otro tipo de elementos de orden discursivo, los marcadores, se aglutinen frecuentemente alrededor de las pausas (reales o virtuales) como las plaquetas en una herida detienen el flujo de la sangre, para contribuir a la delimitación de las unidades de información: es el caso de los marcadores. Según Barrera y Fracca éstos son elementos cuya presencia es prácticamente nula en la escritura, a menos que el escritor intente reflejar situaciones coloquiales (Barrera y Fracca 1999:125). Veamos en (7) un texto de un joven caraqueño que revela al encuestador la forma cómo conoció a su esposa:

(7)

Enc: ¿y...y cómo conociste a la que fue tu esposa?
Inf: bueno ...
esa es una historia ...
bueno .. está bien ..te la voy a contar ...
esa era ...
la novia del hermano mío ...
el segun... el tercer hermano mío ...
estaban empatados ...
ella estudiaba en el liceo ...
en Montalbán ...
no me acuerdo el nombre en estos momentos ...
Lola Fuenmayor como que era ...
resultó que ellos terminaron ...
entonces ..un día nos pusimos hablar ella y yo bueno ...
como yo no sabía que habían terminado ni nada ...
ella me decía a mí que el hermano mío le hablaba ...
puro de béisbol ...
es que tu hermano me habla a mi de puro de pelota
y eso de pelota porque ...sinceramente ..
eso a mí no me gusta ...
Digo.. vale ...
yo tampoco soy así.. ¿no?..
porque a mí me gusta la música .. o sea ...
me gusta más la música ...
bueno.. empezamos a hablar...
sacamos diferentes conversaciones ..hasta que...
bueno que llegó el día en que.. nos empatamos ...
bueno que pasé varios sustos por eso ...
un día llegó el papá
y bueno ..nos sorprendió ...
bueno ... hablando ...
y bueno ...
yo me sorprendí .. que bueno ...
entonces un día .. llegó a su casa a las .. once de la noche ..
entonces ¿de dónde viene usted? y bueno ...
entonces .. el papá pensó que .. yo estaba haciendo algo malo ...
y entonces .. bueno ...
y entonces bueno ...
ahí nos quedamos y bueno ...
sencillamente .. pasó lo que pasó .. y bueno ...
(C115219)

Como vimos en el capítulo anterior, cada una de las líneas representa una unidad de información. Puede verse, por ejemplo, que hay cierta regularidad en la aparición de elementos al comienzo y al final de las frases. Los elementos estructurales que marcan esta delimitación son las pausas al final de cada línea, la entonación, así como la repetición de algunas secuencias que inciden sobre el ritmo del texto. También se producen alargamientos a final de las líneas que sirven de elementos delimitadores. Las líneas comienzan, la mayoría de las veces, con un gramema, ya sea un adverbio, una conjunción, un pronombre y algunos verbos auxiliares, existenciales o de dicción. Se dan conjunciones como y, o, pero, porque, que, sino; pronombres como ese, uno, yo; adverbios como allí, así, cuando, no, ya; verbos como decir, existir, haber, ir, llegar, ser. Asimismo hay marcadores que ocasionalmente se encuentran al principio y al final de las líneas, como entonces y bueno (cf. Álvarez y Mora 1995, Álvarez 1998).

Los adverbios bueno y entonces, además de su función sintáctica, tienen una función como marcadores discursivos. Ellos se agrupan alrededor de las pausas que separan las unidades de información. Si bien este hecho puede ser casual en lo que a la aparición de estos elementos se refiere, puede inferirse que los marcadores tienen, en general, una función a nivel de la macroestructura, es decir, la estructura global del texto (cf. van Dijk 1983). De esta manera puede verse cómo el resumen aparece precedido por bueno, mientras que la complicación va precedida de entonces y la coda, de entonces-bueno. En este texto, los marcadores parecen también señalar la evaluación de la narración, puesto que acompañan los momentos que son de interés para la historia, cumpliendo también un papel en la organización de la superestructura. Esos marcadores, en lugar de entretejerse dentro del texto, se colocan como hitosjunto a los hechos que el narrador parece querer recalcar. Obsérvense los ejemplos siguientes (8):

(8)

a.    un día llegó el papá y bueno ...
b.    nos sorprendió .. bueno hablando ...
c.    y bueno ...
d.    yo me sorprendí .. que bueno ...
e.    entonces un día .. llegó a su casa a las .. once de la noche ..
f.    entonces ¿de dónde viene usted?
g.    y bueno ...
h.    entonces .. el papá pensó que .. yo estaba haciendo algo malo
i.    y entonces bueno ...
j.    y entonces bueno ...
k.    ahí nos quedamos y bueno ...
l.    sencillamente .. pasó lo que pasó ...
m.    y bueno ...

En (a) bueno marca la llegada del papá; en (b) y bueno la acción de hablar; en (c) y bueno señala el término de una unidad mayor; en (d) se yuxtapone a la sorpresa del narrador; en (g) y bueno señala el término de una unidad mayor; en (i, j) y entonces bueno, al repetirse, señala una evaluación con respecto al hecho de que el padre malentienda el proceder de los jóvenes y sus consecuencias. En (k) y bueno se yuxtapone a la acción de quedarse. En (m) se señala el cierre de la historia y se ofrece al oyente la posibilidad de evaluar el propósito de la narración. Por otra parte, entonces, siempre catafórico, señala el comienzo de una unidad de información y, de hecho de un segmento de avance de la historia.

De este modo, bueno parece representar una explosión emotiva desligada de la sintaxis narrativa, porque la emoción del hablante no está codificada en el discurso, de manera que resulta siempre evaluativo, mientras que entonces tiene un carácter más bien narrativo. La manera como se insertan estos marcadores en el discurso puede verse como un exponente del modo pragmático (cf. Givón 1979). Como se recordará, Givón (1979) postula la idea de la existencia de la sintaxis se basa en el cumplimiento de la función comunicativa y explica su surgimiento a partir del discurso desde los polos extremos del modo comunicativo: el modo pragmático y el modo sintáctico. Del primero más simple y menos estructurado, surge el segundo, más sintactizado.

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