ISSN: 1139-8736
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2.1 LA PROSODIA

Hablamos de Gramática como el estudio de los elementos de la lengua y sus combinaciones. Entendemos por gramática de la oralidad, el estudio del sonido que pretende ser lingüístico: la organización del hilo fónico a través de un conjunto de mecanismos de naturaleza prosódica o suprasegmental. Sin estos mecanismos sería muy difícil hacer de ese continuo fónico algo inteligible. Cuando se hacen análisis gramaticales se parte, generalmente, de la escritura y de todo aquello que podemos ver, dejándose de lado la manera como se organiza el sonido, para que sea perceptible la estructura profunda de la lengua. Debido a esta razón creo necesario dedicarle algún espacio a este conjunto de elementos prosódicos básicos, que pudiéramos considerar como los principios elementales de la organización de la lengua hablada.

Estos elementos supra-segmentales, los que están más allá del segmento, lejos de constituir un adorno, son precisamente los que organizan el hilo de sonido que percibimos1. Si el sonido no estuviera agrupado de manera significativa, no habría comunicación lingüística; se oirían gritos o murmullos, a lo sumo. El oyente recibe, cuando se comunica lingüísticamente, segmentos sonoros relativos a las unidades de información que le envía el hablante. Con el sonido, va una serie de informaciones de naturaleza prosódica, no solamente con información referencial sino también con información dialectal, sociolingüística e inclusive, emotiva.

Si bien hay consenso sobre el hecho de que la prosodia está más allá de las unidades segmentales, no lo hay en cuanto a cuáles de los mecanismos forman parte de ella. En realidad, parece más un problema de nomenclatura que de otra índole.

Al percibir el habla, tenemos una melodía conformada por las variaciones de frecuencia del fundamental pero al mismo tiempo sentimos ritmo, pausas, intensidad y otros elementos fónicos2. Para algunos autores, la prosodia o entonación se compone de todos estos elementos (Quilis, 1993; Obediente, 1998). Para otros, la entonación está conformada por todos esos elementos que "suenan" con el fundamental y es sólo uno de los elementos de la prosodia. Léon (1996) y Mora (1996) entre otros denominan entonación al movimiento melódico, es decir, a las variaciones de la frecuencia fundamental F03.

Para evitar confusiones, estableceremos de antemano que, en este trabajo, nos referiremos a la entonación o melodía como la frecuencia fundamental que forma parte de la prosodia, entendiendo que para percibir la entonación es necesario tomar en cuenta un conjunto de otros parámetros acústicos, como duración y ritmo, entre otros. La prosodia estudia, además de la entonación, el acento y el ritmo, que incluye pausas, timbre y velocidad de habla.

Según Mora (1996:15) el término prosodia engloba "todo lo que crea la música y la métrica de una lengua" y luego agrega, citando a Di Cristo, que la Prosodia es "el estudio de los hechos fónicos no segmentales que participan en la organización del léxico y de la sintaxis y que juegan un papel determinante en la interpretación semántica de los enunciados y del discurso" (Di Cristo, 1994, en Mora, 1996, traducción nuestra).

Así, para Di Cristo, la Prosodia sería una rama de la Lingüística, que analiza y representa formalmente aquellos elementos no verbales de la expresión oral, tales como el acento, los tonos, la entonación y la cantidad, realiza esta última en el tempo y las pausas. Su manifestación concreta en la producción de la palabra se asocia, de este modo, a las variaciones de la frecuencia fundamental, de la duración y de la intensidad que constituyen los parámetros prosódicos físicos. Estos parámetros los percibe el oyente como cambios de altura o de melodía, de longitud y de volumen sonoro y vienen a constituir entonces los parámetros prosódicos subjetivos. Las señales prosódicas son polisémicas y vehiculan informaciones tanto paralingüísticas como propiamente lingüísticas, esenciales en la comprensión del enunciado y su interpretación pragmática (Bertrand, 1999:19).

Podemos decir que la prosodia forma parte esencial de la Lingüística y que tiene un papel importantísimo que cumplir en la organización de la lengua hablada. Como elemento lingüístico que es, tiene necesariamente dos estratos: una sustancia y una forma, según la terminología de Hjelmslev (1972, 1984) relacionada la primera con el plano del contenido descrito por Saussure, y la segunda con el plano de la expresión. Preferimos la terminología hjelmsleviana porque ilustra de forma más sencilla las relaciones entre la lengua como abstracción y el habla como uso real del lenguaje. Si bien ha habido alguna discusión sobre el hecho de que la prosodia sea parte integrante de un nivel de análisis lingüístico, opiniones como la de Quilis (1993) solventan el caso cuando dice: "La cuestión se centra principalmente en que la entonación, como todo enunciado lingüístico, posee una sustancia y una forma" (Quilis, 1993:410).


Notas
1 Quilis 1981:386 distingue entre segmentos y supra-segmentos por el hecho de ser los primeros distintivos, es decir que son unidades que se excluyen mutuamente en un contexto dado y los segundos contrastivos, dado que no pueden alternar en el mismo contexto, pero que depende uno de la existencia del otro.
2 Al percibir la música además de la melodía percibimos también otros fenómenos: unidades melódicas, pausas, tempo, ritmo, intensidad, etc.
3 Los sonidos complejos, como la voz humana, pueden descomponerse en una serie de sonidos sinusoidales simples. Se llama fundamental al más grave de los sonidos de una serie de sonidos de un sonido complejo descompuesto de ese modo. Los demás se llaman sonidos armónicos o parciales (cf. Léon 1998:32)

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