ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-35783-2001

Conclusiones

Dado que en la exposición de esta tesis se ha optado por incluir un apartado específico para resumir y discutir las ideas expuestas al final de cada uno de los capítulos, no creemos necesario volver a repetir en esta sección las conclusiones y discusiones parciales expuestas en los últimos apartados de cada uno de los capítulos. La justificación de esta decisión se encuentra en la naturaleza eminentemente disciplinar de nuestro trabajo, en el que el hilo conductor ha sido elaborar una propuesta tanto a nivel teórico como aplicado, para la elaboración de definiciones terminográficas en el subdominio oncológico. Por ello hemos tenido que integrar en nuestro trabajo estudios procedentes de distintas disciplinas, que si bien tienen elementos en común, constituyen áreas de conocimiento diferentes, entre las que encontramos la lingüística, lexicografía, lexicología, terminografía, terminología, medicina, representación del conocimiento y la gestión de bases de datos.

Sin embargo, sí creemos conveniente en este apartado final ofrecer una visión de conjunto del trabajo realizado e integrar y relacionar las conclusiones más destacables que del mismo hemos extraído:

En el primer capítulo hemos querido ofrecer una visión general del estado de las disciplinas de la lexicología y la terminología así como de las ramas aplicadas de ambas. Se concluye que la dicotomía que se plantea entre lenguaje de especialidad y lengua general es cuanto menos irreal y carece de vigencia en una teoría comunicativa de la terminología. De forma paralela, no vemos la funcionalidad de la coexistencia de dos marcos teóricos, lexicología y terminología, para explicar un solo fenómeno, aunque con distintas formalizaciones, pero en definitiva un mismo fenómeno: vehicular conocimiento mediante el uso de unidades léxicas. La opción que se propone es tratar palabra y término como un gradiente en el nivel de categorización, sin líneas divisorias pre-establecidas. Según este nivel de categorización, los términos se ubicarán en el nivel subordinado mientras que las palabras pertenecerán al nivel básico de categorización. De ahí que en el desarrollo de este trabajo se haya optado por la denominación unidad léxica ya que nos permite evitar las connotaciones asociadas a palabra y término. Para terminar, en este primer capítulo se centra la atención en torno a dos dicotomías archiconocidas en el ámbito terminográfico: la de gestión terminográfica sistemática y ad hoc, por un lado y la de terminografía prescriptiva y normativa, por otro. Si bien es necesario recoger todo uso prescriptivo de la lengua, la recopilación en nuestro lugar ha de ser descriptiva al mismo tiempo que sistemática, para que pueda dar cuenta de las diversas necesidades del usuario.

Una vez delimitado nuestro enfoque en lo que a las disciplinas lexico-terminológicas y lexico-terminográficas se refiere, estimamos oportuno dedicar el segundo capítulo a un breve recorrido por la literatura que gira en torno a la estructura definicional. La idea detrás de este capítulo es ofrecer una perspectiva general de lo que se ha hecho hasta la fecha, haciendo hincapié en los enfoques que se consideran más interesantes a la luz de este trabajo de investigación. En el caso de la definición lexicográfica, se esbozan los diferentes métodos o estrategias de definición existentes en la literatura al respecto, los tipos de definición, el tipo de información que se incluye en los diccionarios, cómo está estructurada y los criterios que se siguen según los distintos enfoques. Dedicamos más espacio a las propuestas de Mel’cuk y Wierzbicka por entender que guardan cierto paralelismo con nuestro enfoque. No por ello, hemos dejado de discutir algunos de sus postulados, que según creemos pueden ser mejorados a la luz de los resultados de los trabajos de investigación hasta ahora presentados en el marco del proyecto OncoTerm. En la segunda parte del capítulo dedicado a la definición terminográfica, se subraya la falta de literatura especializada al respecto y se analizan algunas de las propuestas en torno a los tipos de definición terminográfica. Sin duda alguna, uno de los apartados más interesantes de este capítulo lo constituye el §2.4.3, dedicado a la estructura relacional. Es precisamente en la estructura relacional donde se sitúa la propuesta más importante de nuestro trabajo: sólo mediante una buena articulación relacional entre los conceptos involucrados, se puede llegar a formalizar una definición en cualquier ámbito de especialidad.

El tercer capítulo se ha dedicado a la descripción del modelo lexicográfico que nos ha servido de base para la estructuración de la definición de los agentes antineoplásicos. Por medio de ejemplos, centrados, la mayoría, en el ámbito de las Ciencias de la Salud, hemos analizado paso a paso, cada uno de los pilares que conforman el Modelo Lexemático-Funcional. La noción de dominio léxico, los ejes paradigmático, sintagmático y cognitivo y el lugar central que ocupa la definición en este modelo, han hecho que los principios por los que se rige estén totalmente vigentes en la práctica terminográfica, y más concretamente en la estructuración de la definición de las unidades léxicas especializadas.

Una vez aclaradas cuestiones de tipo lingüístico, lexicológico y terminológico, hemos visto oportuno dedicar el cuarto capítulo al análisis de sistemas de gestión de datos. Se han analizado bases de datos de carácter general y también bases de datos biomédicas. De entre los sistemas de gestión de datos biomédicos, se han escogido la CIE, el MeSH, GALEN y UMLS, por entender que son pertinentes para nuestro trabajo. Estos sistemas suponen una mejora cuantitativa con respecto a metodología, diseño de formalismos, aprovechamiento de los sistemas de clasificación existentes y al conocimiento, cada vez más profundo, de la estructura relacional jerárquica y no-jerárquica en terminografía. Pero, aún así, estas mejoras no son suficientes de cara a la demanda cada vez mayor que existe por parte de usuarios de naturaleza y con objetivos muy distintos. Queda patente, pues, que la acumulación de información especializada como datos y cifras no es, de manera alguna, suficiente y que los sistemas de gestión de información actuales no satisfacen las demandas de un usuario cada vez más exigente. Según hemos expuesto en este cuarto capítulo, concluimos diciendo que es absurdo hablar de un sistema de gestión terminográfica eficaz si no existe un sistema conceptual subyacente que dé cuenta de la estructura interna del dominio en cuestión.

Finalmente en el capítulo quinto mostramos de forma práctica, por un lado, cómo hemos aplicado la metodología detallada en los capítulos anteriores y por otro, cómo se ha volcado la información en el gestor de ontologías, OntoTerm®. La propuesta del capítulo 5 engloba: (a) una nueva forma de concebir la definición: ente dinámico, en continua adaptación, con una finalidad, favorecer cualquier tipo de comunicación; (b) una nueva forma de hacer definiciones: no se elabora una definición en función de una entrada y una lengua en concreto, sino que lo que se establecen son, por un lado, relaciones entre conceptos, explícitas en el nivel ontológico y, por otro, formalizaciones de dichas relaciones, que constituyen la definición propiamente dicha, en el nivel léxico; y (c) una nueva forma de almacenar y acceder a las definiciones: OntoTerm®. Podemos concluir afirmando que, con esta propuesta, la definición deja de ser una estructura estática, enfocada al término-entrada para convertirse en un conjunto de relaciones relevantes en un contexto comunicativo determinado. Este tipo de arquitectura definicional constituye una poderosa herramienta para representar el conocimiento especializado de una forma más completa, al incluir formas de representación no verbales, al adaptarse a las demandas de cada usuario y al ser más flexible y más exhaustiva, ya que recoge toda la información disponible en la base de conocimiento, que se actualiza cada vez que se incluyen más datos.

Los resultados obtenidos en nuestra investigación pueden resumirse en dos grandes apartados, que hacen referencia directa a los objetivos de nuestro trabajo:

  1. Presentación de un marco teórico unificador que sirva como base en el estudio de la definición terminográfica tanto en el aspecto teórico como práctico.
  2. Propuesta de un tipo de estructuración basada en las relaciones conceptuales y su formalización a nivel terminográfico, volcado en la aplicación OntoTerm®.

Para finalizar, tan sólo resta destacar algunas posibles líneas de investigación futuras, que dado el carácter parcial de un trabajo de estas características, nos ha sido imposible desarrollar. Sin embargo, creemos que se perfilan como temas de trabajo, que si no se están ya estudiando sin duda alguna constituirán centro de atención en un futuro no muy lejano, los siguientes:

  1. Profundizar en el estudio de la estructura conceptual relacional, y estudiar la viabilidad de una gramática controlada (léxico y sintaxis) para su uso en la formalización de la definición.
  2. Aplicación de esta metodología en estudios de otros dominios de especialidad.
  3. El estudio de la representación conceptual de los frasemas y su formalización terminológica.
  4. Creación de aplicaciones encaminadas a la generación, edición y adquisición de estructuras coherentes en función de una estructura conceptual base.

Sin lugar a duda, cada uno de estos objetivos constituyen un campo de investigación por sí solos. En algunos de ellos ya se están obteniendo frutos en el marco del proyecto OncoTerm, aunque aún queda mucho por hacer. Con este trabajo queda patente, una vez más, la plena vigencia de la metodología del MLF y de la gran actividad terminográfica de los miembros del grupo de investigación.

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