ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-35783-2001

3.3 El eje paradigmático

En lo que se refiere al eje paradigmático, éste establece la posición de los lexemas, organizándolos onomasiológicamente en una jerarquía de dominios y subdominios siguiendo una versión adaptada y enriquecida de la Teoría Lexemática de Coseriu (cf. Martín Mingorance 1990: 227) y estableciendo un sistema de definiciones, que inicialmente se basaba en la descomposición léxica gradual (Dik 1989).

En el eje paradigmático del MLF, se codifica información muy variada, en función de los diferentes parámetros semánticos. Enmarcado en el dominio de percepción genérica, nos centramos en la subdimensión Percibir algo por su olor. En la Tabla 3.4 están señalados en un recuadro los genus de cada definición que se corresponde con la entrada del lexema inmediatamente superior en la estructura jerárquica:

Tabla 3.4: Eje paradigmático de la subdimensión Percibir algo por su olor

El lexema se convierte así en la unidad central de la descripción lingüística, concibiéndose como un proceso en sí mismo, que contiene distintos tipos de información a distintos niveles. El lexicón se entiende, de esta forma, como una red dinámica de elementos interrelacionados que codifica y explica nuestro modo de crear y utilizar el lenguaje.

Como se ilustra en la Tabla 3.2, cada dominio léxico posee uno o dos términos genéricos a partir de los cuales se definen todos los demás miembros del dominio. Los términos superordinados no coinciden con todo el contenido semántico de un dominio, sino que son los núcleos de contenido los que luego sirven de patrón para los lexemas más específicos de la jerarquía. Se puede decir que cada lexema representa las diferentes maneras de representar la información prototípica del área conceptual en cuestión como observamos en la Tabla 3.5:

Tabla 3.5: Eje paradigmático de la subdimensión Percibir algo por su olor con differentiae

Lo que diferencia husmear de olfatear es el propósito, mientras que en el primero es el movimiento, en el segundo es la percepción. Los hipónimos de olfatear se diferencian entre sí por la concreción de los argumentos, en primer lugar: los animales (ARG1), el aire (ARG2) en el caso de ventear; generalmente los perros (ARG1), cualquier cosa (ARG2), en el caso de olisquear, y, en segundo lugar, por la manera, sólo en el caso de olisquear.

En el marco del MLF las definiciones se construyen a partir de varias fuentes (diccionarios, principalmente) y de la competencia lingüística del lexicógrafo, estableciendo así una definición consensuada. Se utilizan los patrones de complementación de los lexemas como guía para validar su ubicación en una determinada jerarquía. La utilización de frases de lenguaje natural como componentes de significado excluye, al menos por el momento, el uso de cualquier tipo de metalenguaje.1

Al analizar los lexemas en el contexto de su dominio léxico, en su eje paradigmático, la representación léxica que resulta es mucho más ilustrativa, ya que la información semántica codificada en un subdominio léxico se convierte en una red de producción léxica en que cada elemento de nueva información semántica abre una nueva vía que nos lleva a un determinado lexema. El resultado es una fuente de información muy valiosa y todavía con muchos aspectos por estudiar, particularmente en lo que se refiere al interfaz que une el eje paradigmático y el sintagmático.


NOTAS

1 En otros modelos como la Gramática del Papel y la Referencia (cf. Foley y Van Valin 1984; Van Valin 1993; Van Valin y Wilkins 1993) o la Semántica Conceptual de Jackendoff (1991, 1992), sin embargo, se utilizan funciones o variables extraídas de un metalenguaje para la formalización del significado de las unidades léxicas (p. ej. las funciones GO, CAUSE, de la Semántica Conceptual).

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