ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-35783-2001

1.1 Introducción

Esta última década hemos asistido a un florecimiento de los estudios en torno al léxico. De esta forma, el léxico se ha ido convirtiendo en el centro de atención de muchos de los más recientes modelos de análisis lingüístico (Pustejovsky 1995; Wanner 1996), de manera que las teorías lingüísticas contemporáneas parecen coincidir en la importancia del léxico como repositorio de información sobre la estructura oracional.

De la mano de esta perspectiva lexicalista de la lengua van debates tales como qué tipo de información se debe incluir en una entrada léxica, cómo estructurarla y si ésta es susceptible de sistematización o no. Esta perspectiva lexicalista de la lengua se había centrado hasta la fecha en el estudio del léxico general. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, se ha gestado un interés creciente por el léxico especializado. Es nuestra hipótesis que este interés es también producto de la misma tendencia lexicalista a la que se hacía referencia, aunque el interés por su estudio metodológico y sistematización en el ámbito de la investigación lingüística haya sido más tardío que el del léxico general.

Aunque la terminografía y la lexicografía a menudo operan como dos disciplinas separadas, hay principios, sobre todo en lo que se refiere a la estructuración definicional, de especial relevancia para el estudio que conforma esta tesis, donde una puede aportar a la otra y viceversa (Pearson 1998: 67).

Autores como Cabré (1993, 1999a, 1999b) o Sager (1996) han extrapolado la diferencia entre lexicología y lexicografía al campo de la terminología. De forma análoga a lo que ocurre con la lexicología y la lexicografía que se ocupan, respectivamente, del marco teórico y del proceso de construcción de diccionarios de lengua general, la terminología se ocupa del ámbito teórico y la terminografía cubre la aplicación de dicho marco teórico a la elaboración de diccionarios especializados o productos terminográficos similares. La diferencia entre los sufijos -logía y –grafía, pues, según esta concepción, es bastante transparente y no parece plantear ningún problema: uno se ciñe a la propuesta teórica (-logía) y el otro a la puesta en práctica (-grafía) de dicha propuesta, ya se trabaje con léxico general o con léxico especializado.

Si bien ésta es la tónica general, no todos los autores coinciden en la asignación del mismo significado a los dos sufijos. Según De Bessé (1997: 66), por ejemplo, la diferencia entre lexicología y lexicografía no se puede extrapolar a la de terminología y terminografía. En el caso de la lexicología y lexicografía, De Bessé respeta la tradición y coincide en afirmar que la diferencia es cuestión de estudio teórico frente a aplicación de éste en el lexicón primario, mientras que en el caso de la terminología y la terminografía, no es tan relevante la oposición teoría/aplicación, como la oposición terminología prescriptiva (terminología, propiamente dicha) y terminología descriptiva (terminografía). En opinión de De Bessé (1997: 66), se definiría así la terminología como disciplina normalizadora (véase §1.4.2.1) que se encarga de regular la estructuración conceptual de los dominios de especialidad así como de su formalización, ya sea por medio de términos o unidades fraseológicas, mientras que la terminografía se ocuparía de la descripción de esta estructuración conceptual.

Por cuestiones metodológicas, utilizaremos el primer enfoque que comparten autores como Cabré (1999b), Sager (1996) o Wüster (1973). Por tanto, como ya hemos indicado, el sufijo -logía se usa para denominar las disciplinas que se ocupan de la construcción de un marco teórico tanto del léxico (lexicología) como de los términos (terminología) y el sufijo -grafía, para las disciplinas que se ocupan de la puesta en práctica de dichos marcos, lexicografía y terminografía, respectivamente. De esta forma, en ambos casos la distinción entre los dos sufijos responde, en términos generales y en el marco de esta tesis, a la diferencia hecha entre la rama teórica y la aplicada.

Por otro lado, conviene mencionar que es particularmente problemática la diferenciación entre terminología y lexicología y, por lo tanto, entre terminografía y lexicografía. En otras palabras, la diferencia entre palabra y término ya sea en la rama teórica o aplicada es una cuestión polémica. Es bien sabido que, en no pocas ocasiones, la rama aplicada de la lexicología se inmiscuye en dominios de especialidad; la mayoría de los diccionarios generales recogen acepciones de palabras que se pueden clasificar como términos, al pertenecer los conceptos que los designan a dominios de especialización. No resulta fácil por tanto determinar dónde está el límite, es decir, cuándo se puede calificar a un elemento léxico como término. En este sentido surge otra complicación, la cuestión de quién o qué organismo/institución ha de encargarse o tiene autoridad para decidir el estado de "ser miembro" o no del conjunto de términos que conforman un lenguaje de especialidad determinado.

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