ISSN: 1139-8736
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2. ALGUNOS USOS DE LA INTERNET



2.1. LA INTERNET

    Definir la Internet no es nada fácil para los que no somos informáticos, pues siempre se presenta envuelta en una aureola de misterio, como si se tratara de algo sobrenatural. Sin embargo, tratando de simplificar, sería posible describirla como un gran conjunto de redes de ordenadores interconectadas, es decir, una red de redes, una telaraña. Hasta ahí llega la teoría que somos capaces de explicar, pero la práctica es mucho más atractiva, puesto que tras los hilos de esa telaraña, en los extremos de los infinitos brazos de este pulpo misterioso, hay personas que quieren comunicar algo, y lo hacen mediante el lenguaje. Por eso, por encima de lo que sea la Internet técnicamente, se convierte -y ahí radica, para nosotros, su principal interés- en un medio de comunicación sociocultural.

    Ya hace unos años que la televisión y la prensa dedican alguna atención a la Internet, pero en los últimos meses se habla continuamente de "ella" -suponiendo que el género de la palabra "Internet" sea femenino1-: los periódicos le han dedicado suplementos, se han emitido programas informativos sobre el tema, se han abierto bares en donde es posible conectarse a la Internet 2, las tiendas de informática ofrecen un período gratuito de conexión a la red como reclamo para vender sus productos, los grandes festivales de promoción instalan ordenadores con acceso a Internet como un elemento más de animación, los quioscos están llenos de revistas que hablan de la Internet, etcétera.

    ¿Cómo, cuándo y por qué se creó esta red de redes?3 Como la mayoría de los avances tecnológicos, también este nació impulsado por intereses político-militares. En los años sesenta, cuando la guerra fría regía la política mundial, los altos cuadros empezaron a temer que un ataque del enemigo llegara a destruir el cerebro informático que centralizaba todas sus investigaciones secretas. Por eso buscaron el modo de que la información no se hallara ubicada en un lugar físico y, por consiguiente, vulnerable. Fue así como se ideó una red informática interconectada que permitiera acceder y trabajar desde cualquier lugar del mundo. La idea surgió de Paul Baran y se encuentra descrita en su artículo «Sobre las redes distribuidas de comunicación»4, publicado en 1962. Según cuenta la leyenda, el proyecto se le ocurrió mientras pescaba con una red.

    De la investigación militar se pasó enseguida a la investigación científica y cultural. En 1969, un ordenador de la Universidad de California-Los Ángeles transmitió información a otras tres universidades de los Estados Unidos. A partir de ese momento, la Internet se fue abriendo camino en las universidades de todos los paísesdesarrollados, y acabó por convertirse en una herramienta indisp ensable e insustituible para los investigadores. Sin embargo, durante los años setenta y principios de los ochenta, esta red era todavía de acceso muy limitado: solo los investigadores de centros universitarios avanzados y contadas empresas tenían acceso a este tipo de conexiones informáticas. Pero a finales de los años ochenta y mediante el apoyo de los organismos públicos, prácticamente todas las comunidades universitarias norteamericanas podían utilizar habitualmente la Internet para comunicarse con sus colegas de todo el país. A España, pocos años después, también fueron llegando las redes internacionales de comunicación.

    Pero la gran difusión de la Internet se ha producido en esta década, al permitirse su uso al sector privado mediante conexiones alternativas: con un ordenador personal, un teléfono y un módem, cualquier persona puede acceder a este universo infinito de información. La Biblioteca de Babel borgiana es ya una realidad.

    En el ámbito universitario enseguida se facilitó el acceso a Internet por ser considerada una importante herramienta para la investigación: permitía consultar bibliotecas del mundo entero a cualquier hora del día sin salir de la Facultad, permitía escribirse con colegas de otros países, etcétera. Pero entonces todavía se trataba de una herramienta de uso restringido. Al igual que las universidades, las grandes empresas tenían acceso a la red para consultar otro tipo de bases de datos internacionales, pero en esos momentos todavía se veía como algo profesional, no al alcance de todo el mundo y tampoco como un juego más de ordenador. Trataremos de ver a continuación algunos de los factores que han contribuido a la popularización de algo que nació, en un principio, como un arma militar.

    En enero de 1994, el Departamento de Prensa y Propaganda del Ejército Zapatista de Liberación Nacional envió un manifiesto desde la Selva Lacandona a través de la red. El mundo entero conoció la terrible situación por la que pasaban los habitantes de Chiapas y también supo que, con un teléfono móvil y un ordenador portátil, esta información se había distribuido en cuestión de segundos sin pasar por el filtro de ningún tipo de censura y con la posibilidad de mantener en secreto la posición del EZLN. La posibilidad de escapar a todo control, de poder moverse "fuera de la ley" se presentó para algunos, a partir de entonces, como el mayor atractivo de la red. Dada la trascendencia que tuvieron los comunicados del EZLN en la difusión de la Internet como medio de comunicación, hemos considerado pertinente reproducir algunas de sus páginas en el Anexo 2.

    Asimismo, la "piratería informática" descubrió en la Internet una fuente de donde robar programas: unos los querían para utilizarlos en su propio ordenador, pero otros los vendían en el mercado negro a precios muchísimo más bajos que el valor del programa original.

    El terrorismo también vio en la Internet la posibilidad de moverse impunemente: a través de la red era posible intercambiar información, comunicar estrategias e incluso enviar fórmulas para la elaboración de explosivos. Parece ser que la ETA tiene su página en la red. Asimismo, la sociedad norteamericana se conmocionó cuando se dio a conocer la noticia de que el artefacto que causó la muerte a 168 personas en Oklahoma el 19 de abril de 1995 había sido preparado por un estadounidense a partir de las instrucciones de una página de la World Wide Web 5.

    También el mundo de la pornografía y la prensa erótica se fijaron enseguida en la Internet. Hace aproximadamente un año se emitió un reportaje en televisión -en el marco del programa 30 minuts- en donde mostraban con todo lujo de detalles hasta qué punto el internauta pide cada vez más realismo a los programas interactivos de pornografía que se encuentran en la red, y cómo tras unas imágenes digitalizadas, que se mueven y hablan, hay empresas cuya misión es crear continuas novedades y hay usuarios que exigen nuevas emociones6.

    Todas estas actividades, que se desarrollan al margen de la legalidad a través de la Internet, están ocupando últimamente muchas páginas en la prensa7, y de ahí que la mayoría de las veces se presente la red de un modo trágico, casi considerándola un peligro que acecha a la sociedad. El hecho es que esta absoluta y total libertad es uno de los factores que más ha contribuido al interés por la Internet.

    Las compañías telefónicas también intuyeron que si la Internet se ponía al alcance de todo el mundo aumentarían rápidamente sus ingresos, puesto que este universo de información se mueve a través de las líneas telefónicas. Como hemos indicado, solo es preciso un ordenador, un módem y una línea telefónica para conectarse a un servidor y acceder a la aldea global.

    Y así es como, de la noche a la mañana, se ha producido la popularización de la Internet. Algunos por necesidad, otros, los más, por curiosidad, los usuarios informáticos se han ido asomando a las superautopistas de la información, cada uno en busca de lo que más le interesa. Porque este es precisamente uno de los principales atractivos de la Internet: existe información sobre casi todos los temas. Todo es cuestión de un poco de paciencia y curiosidad para conseguir las primeras direcciones, y a partir de ahí se puede empezar a navegar.

    Por la Internet circula información en dos formatos: texto-plano, es decir, constituido solo por los caracteres representados en el teclado de un ordenador, o bien hipertexto, esto es, un formato que puede acompañar el texto con imágenes o sonido.

    En el apartado 2.2 describiremos algunas aplicaciones de la Internet, unas a base de texto y otras a base de hipertexto.


NOTAS
1. Nos inclinamos por esta opción, puesto que entendemos que se trata de una red interconectada. Véase también la nota 3 del apartado 6.1. de este trabajo.

2. Véase, entre otros, el artículo de C. RODRíGUEZ [1995].

3. Véanse, entre otros, los artículos de M. MOLIST [1995], V. PARTAL [1997] y Ll. REALES [1995].

4. Este artículo se puede consultar en la siguiente dirección de la Internet: http://www.screen.com/understand/utipeople.html

5. Véanse, entre otros, los artículos de REUTER [1995] y A. UBARRETXENA [1995].

6. Véanse, entre otros, los artículos de A.F.P. [1995], F. CASAL Y A. DE LAS FUENTES [1995], L.Á. FERNáNDEZ HERMANA [1995a], G.B. [1995], J. LUNA, J. [1995] y REDACCIóN DE LA VANGUARDIA [1995a].

7. Véanse, entre otros, los artículos de C.E. BAYO [1995], J. CAVESTANY [1995b], A. F.H. [1994], J. GONZALO [1996], FERNáNDEZ HERMANA [1994a y 1995b], J.Á. MARTOS [1996], V. MASCARó [1995], V. MASCARó Y R. CORBALáN [1995], REDACCIóN DE EL PERIóDICO [1995], REDACCIóN DEL AVUI [1995] y L. ZUBIAURRE, [1995].














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(la dirección de este documento es http://elies.rediris.es/elies1/21.htm)