Estudios de Lingüística del Español (ELiEs)
Del caos a la creatividad: los chats entre lingüistas y didactas / Maria Helena Araújo e Sá y Silvia Melo


1. El Chat: un registro “escritoral” poco dado a los lingüistas

La interacción en el chat, como “conversación en forma escrita, en tiempo real, eventualmente con un numeroso grupo de personas en simultaneidad y por medio de la Web” (Draelants, 2001), se configura como una forma de comunicación en expansión que, definiendo y redefiniendo normas y convenciones de comunicación, ha venido a constituir una cultura compartida, como corrobora el antes citado término “cibercultura” y el nacimiento de una conciencia que la sitúa como un espacio de interacción social.

Si tenemos en cuenta la creciente utilización de los chats y las características personales más o menos creativas que cada chateante puede añadir a la comunicación en línea, observamos que el lenguaje se transforma y se reinventa por la creación de un código común que está influenciado por el soporte informático y sus consiguientes características enunciativas. Refiriéndose a la comunicación en línea, José Morala (2001) señala que “es imposible zafarse por completo de este galimatías gráfico”, revelador de una coloquialidad transbordante y de un contexto de producción exuberante que se asemeja al ambiente copioso de un bar (cf. Farfeleder). De hecho, como en un bar, se puede entrar y salir en cualquier momento, con objetivos precisos o sin ellos; pueden ignorarse algunos interlocutores; requerir la atención de los restantes y ofrecer o intentar imponer nuestra presencia a los demás; pueden mantenerse múltiples conversaciones en simultáneo u observar “desde fuera” las de los otros. Sin embargo, este ambiente está superado con creces en los chats por la posibilidad de que los interlocutores tienen de estar simultáneamente en diferentes espacios, públicos y privados, de entrar y salir de cada uno de ellos y, en cada reentrada, asumir otras identidades. De hecho, “si estamos acostumbrados, en ciencias sociales, a afirmar que la personalidad pública es una máscara, o un juego de máscaras, la evidencia de los chats lo supera. Si recordamos la perspectiva teatral con que trataba Goffman las interacciones y las relaciones de co-presencia, los chats rizan el rizo. Y si Goffman hablaba de co-presencia, el nuevo medio nos sitúa en el ambiguo reino de la tecnopresencia” (Mayans, 2001).

En esta perspectiva, la teoría de Goffman (1973) sobre la “puesta en escena del sí” y la “figuración” puede ser introducida en el análisis de este escenario interactivo que es la sala del chat, para comprender mejor “la puesta en escena de la vida cotidiana”, el concepto de uno mismo y del otro y sus respectivos papeles en la comunicación. Esta puesta en escena tiene facilitada por el papel del servidor, verdadero narrador / voz en off que da cuenta de las entradas y salidas del palco de los diferentes personajes / actores y de las interacciones privadas que mantienen entre sí, conforme se ilustra a continuación2:

Evorapt has timed-out and has been removed from the server
santonella entra galanet
Cassino1 saiu do chat
RECEIPT: Message for froberta has been Received.

Aunque se puedan trazar analogías entre la actividad verbal en los chats y las interacciones presenciales, las especificidades del contexto de producción de los primeros obligan al nacimiento de un cuadro de análisis que pueda dar cuenta de su efervescencia, implicando “una deconstrucción de los presupuestos tradicionales de la dinámica de la comunicación y una construcción de sistemas alternativos” (Jonson, 1997). Así, concordamos con Carpi (2002) cuando, llamando la atención sobre la necesidad de tener en cuenta las condiciones de emisión y de recepción de los discursos mediatizados por ordenador (principalmente su virtualidad), recuerda la necesidad de creación de nuevas taxonomías discursivas, afirmando que “la percepción proxémica y temporal de la interacción tal como la conocemos ha sufrido profundas modificaciones, ya que lo virtual nos obliga a plantearnos nuevamente la validez de los criterios lingüísticos utilizados hasta ahora”. A título de ejemplo, la misma autora afirma que la lectura de las máximas de Grice debe ser hecha ahora “a la luz de la virtualidad de Internet, para consentir el análisis del discurso virtual bajo el punto de vista ilocutorio y perlocutorio” (Carpi, 2002).

Podemos extender fácilmente a otros casos este ejemplo. Así, las teorías de la toma y distribución de la palabra definidas para el estudio de las interacciones orales no muestran potencialidades heurísticas en el análisis de los chats, pudiendo funcionar como vehículo de falsas percepciones de caos y de incoherencia conversacionales. De hecho, “la CMC estrictamente textual ha sido reconocida interaccionalmente incoherente en varios sentidos – fragmentada, agramatical, e interaccionalemte inconexa – debido a las limitaciones impuestas por los sistemas de mensajería” (Herring, 1999), principalmente, además, en el nivel de las secuencias conversacionales y en el nivel referencial. Sin embargo, como anota la misma autora, “algunos usuarios explotan el potencial de la coherencia relajada para los propósitos del juego y para divertirse con la interactividad intensificada” (Herring, 1999), lo que significa que la noción de coherencia discursiva, tal y como fue definida por Grimes, necesita ser “revisada” o sustituida por otra que dé cuenta de la forma en que se construye la “comprensibilidad” en los chats. La propia noción de “turn-taking”, entendida como “alternancia de turnos” (Herring, 1999), parece desajustada al contexto comunicativo al cual nos dedicamos. De hecho, lo que notamos son diferencias en la definición de los turnos y de la noción de pares adyacentes, una vez que estas nociones, tal como las entendíamos a la luz del análisis de las interacciones verbales, fueron “corrompidas” por la oportunidad de existencia de múltiples entradas y de quiebras en los pares adyacentes, dada la posibilidad de intercalar otros. El pasaje siguiente3 , donde se recortan varias secuencias conversacionales, ilustra la afirmación anterior:

Tavirapt diz QUEM VAI COMER AO BA?
Viseupt diz KEM PAGA O ALMOCO???
chave2 diz Qu'est-ce que c'est : "AO BA"?
froberta diz comer significa mangiare?
Lisboapt diz ja vais as sandes?
Tavirapt diz SIM
smelo1 diz O que há de melhor em França?
Guardapt diz Eu vou comer ao snack
Guardapt diz Je ne parle Français
santonella entra galanet
smelo1 diz Mangiare significa comer :)
froberta diz cosa mangi solitamente?
chave2 diz En France, le meilleur, c'est le camenbert.
Lisboapt diz le Ba est le bar de la associacion de la université
smelo1 diz Vamos falar sobre os nossos países?
Guardapt diz Que fome !!!
santonella diz ciao visaup
Tavirapt diz NAO
cassino2 diz parli il francese
Guardapt diz Portugalo
froberta diz s**sate4 la mia ignoranza sulla vostra lingua, ma a me piace il francese
csilvia1 diz in italia il parmiggiano
Lisboapt diz concordo contigo QUERO SABER QUEM PAGA O ALMOÇO!!!!!!!!
smelo1 diz Em POrtugal, o melhor é o Cozido à Portuguesa...
Coimbrapt diz Le BA c´est le bar academique

La confrontación entre los procedimientos tradicionales de análisis interaccional y la práctica de los chats puede ser de tal forma frontal que Henri Portine afirma, en un artículo titulado “Chat sans socialisation-rationalisation n'amasse pas mousse”, y referido a chats anónimos, que éstos no son, de hecho, verdaderos espacios de comunicación, sino más bien “espacios sociales de expresión” (2001, p. 183), ya que su estructuración no se centra en un conjunto de normas de interpretación co-construidas, estando por consiguiente ausente en ellos una ética o “la puesta en funcionamiento de una razón práctica de la comunicación” (2001, p. 183). Como tal, y siendo que la presencia de estas normas define las condiciones de realización del trabajo del lingüista en su función de analista del discurso, concluye el autor que la interacción en el chat se encuentra fuera del ámbito de esta disciplina.

En palabras de Christine Béal, referidas a las dificultades de análisis de corpus de interacción verbales (orales) interculturales, los instrumentos de análisis conceptuales y metodológicos tradicionalmente adoptados “ser el resultado de procedimientos a priori incompatibles o que sencillamente no siempre se adaptan adecuadamente a este objeto de estudio particular” (2000, p. 14). Los interrogantes de esta autora, que introducimos ahora en el análisis de las interacciones en el chat, son también los nuestros: ¿qué instrumentos de análisis escoger?, ¿debemos crear otros nuevos?

En síntesis, en la perspectiva mostrada, pensamos que esta forma de comunicación en línea presenta desafíos fundamentales para las ciencias del lenguaje que, tal vez, van a permitirles dar un paso adelante en el sentido de una cada vez mayor aproximación a su objeto de estudio. Con esto queremos decir que, al mostrarse como tan radicalmente transgresores (a la luz, subrayamos, de la perspectiva ordenada de la interacción que nos facilitan los análisis lingüísticos), los chats muestran a las ciencias del lenguaje lo muy alejadas que éstas se encuentran de la realidad del trabajo lingüístico y como no poseen, por ahora, instrumentos heurísticos de análisis de ese trabajo, construyen artefactos que sólo muy residualmente lo reflejan.

Procuraremos, seguidamente, proceder a una aproximación a los chats, entendidos como producto de una interacción y como nuevo género discursivo que puede ser abordado de acuerdo con tres parámetros, que situamos en el nivel de enunciación, el discursivo y textual y, relacionado con estos (o dependiente de ellos), el nivel del uso de los lenguajes. Conforme anunciamos al inicio de este texto, nuestro ensayo se realiza en una perspectiva descriptiva, didácticamente orientada, que intenta aproximarse lo máximo posible a su objeto de estudio, por lo que se hace necesario remitir con insistencia a ciertos pasajes de los chats que hemos grabado.




Notas

2 Los ejemplos son reproducidos según la ortografía original.
3 En este pasaje, como en todos los siguientes, procedemos a cortes no señalados en la secuencia de la conversación, para facilitar su comprensión y acortar el espacio de ejemplificación.
4 Los asteriscos sustituyen la sílaba "cu", mal interpretada por el servidor del chat utilizado (<http://netbi.sapo.pt/webchat/>)





Estudios de Lingüística del Español (ELiEs), vol. 24 (2006)   
 ISSN: 1139-8736