ISSN: 1139-8736 |
8. Los verbos de elisión en la lexicografía española
Los verbos de elisión son predicados de segundo nivel cuyo segundo argumento tiene que ser necesariamente un predicado no verbal; el marcador de argumento oracional que impone el verbo de elisión sobre dicho predicado no verbal consiste en la elisión de su verbo de soporte (cf. Subirats 2001:186 ss.). Así p. ej., cuando el verbo de elisión poner opera sobre Max y sobre el GPpred estar de moda en El léxico está de moda, el marcador que le impone poner a su segundo argumento oracional es la elisión del verbo de soporte estar del GPpred estar de moda, p. ej., Max puso el léxico de moda.
En relación con los verbos de elisión, es interesante observar que la lexicografía tradicional española ha hecho un reconocimiento implícito de la existencia de este tipo de predicados. Así p. ej., en la segunda acepción de la entrada correspondiente al verbo poner, Moliner (1975, vol. II, p. 800) define el significado de dicho verbo en función de sus segundos argumentos oracionales, es decir, en función de (1) adjetivos predicativos, entre los que incluye moreno, bueno y colorado, y de (2) "innumerables modismos con «de» o «en»", entre los que incluye de mal humor y en un aprieto, que corresponden a grupos preposicionales predicativos que seleccionan el verbo de soporte estar (estar de mal humor, estar en un aprieto):
Hacer que algo o alguien esté de cierta manera que se expresa con un adjetivo o alguno de los innumerables modismos con «de» o «en»: El sol pone moreno. Esta medicina me ha puesto bueno. Esa noticia me puso de mal humor. Le has puesto colorado. Le puse en un aprieto [...].
Análogamente, la Real Academia Española (1992:1161-1162) en la acepción 31 de la entrada correspondiente a poner da la definición de dicho verbo en función de los adjetivos y las "expresiones calificativas" -es decir, grupos preposicionales predicativos, como p. ej., de mal humor- que constituyen su segundo argumento:
Con ciertos adjetivos o expresiones calificativas, hacer adquirir a una persona la condición o estado que estos adjetivos o expresiones significan: poner colorado, poner de mal humor. Ú[sase] t[ambién] c[omo] pr[onominal]. Ponerse pálido.
Resulta interesante constatar cómo en las acepciones correspondientes a grupos preposicionales predicativos, la RAE (1992) señala la posibilidad de que dichos GPpred puedan ir acompañados del verbo estar, es decir, de su correspondiente verbo de soporte, y, a su vez, añade que pueden ser argumentos de verbos de elisión, como p. ej., poner, dejar, etc. Obsérvense, p. ej., las siguientes definiciones del Diccionario de la RAE (1992) correspondientes a los grupos preposicionales predicativos estar a la altura, estar a la escucha, estar en condiciones o estar en juego:
a la altura de. [...] 2. loc[ución] adv[erbial] fig[urada]. A tono con algo, al mismo grado. Ú[sase] m[ás] con los verbos estar, poner, [...] y dejar. No estuvo a la altura de las circunstancias. (RAE 1992:83)
a la escucha. loc[ución] adv[erbial]. Atento para oír algo. Ú[sase] con los verbos estar, ponerse, [...] etc. (RAE 1992:622)
en condiciones. A punto, bien dispuesto o apto para el fin deseado. Se usa principalmente con los verbos estar, poner, ponerse [...] (RAE 1992:377)
en juego. loc[ución] que con los verbos [...] estar, poner, etc., significa que intervienen en un intento las cosas de que se habla. Están en juego poderosas influencias. || 2. Con los verbos estar y poner, referidos a cosas que pueden perderse, peligrar aquello de que se trata, arriesgarlo. Está en juego tu reputación. (RAE 1992:854)
Dado que, en la lexicografía tradicional española, la aparición de estar, poner, dejar, etc., junto a grupos preposicionales predicativos se considera un fenómeno de mera "alternancia" que no se enmarca dentro de una teoría general de la predicación, su tratamiento no siempre resulta sistemático. Así, en las referencias que acabamos de presentar en relación con los GPpred a la altura de, a la escucha, en condiciones o en juego, la RAE (1992) especifica la "alternancia" entre el verbo de soporte estar y los verbos de elisión poner o dejar en la entrada correspondiente a dichos GPpred. Por el contrario, en otros casos, la RAE (1992) crea una entrada para un GPpred y otra entrada distinta para las construcciones en las que dicho GPpred es el segundo argumento de un verbo de elisión, como p. ej., poner. Así p. ej., la RAE (1992) presenta estar al corriente como una acepción distinta y no relacionada con poner a alguien al corriente y, a su vez, considera ponerse al corriente como una entrada distinta, que no vincula ni a estar al corriente ni tampoco a poner al corriente, a pesar de que el pronombre reflexivo se de ponerse aparece regularmente en algunos casos, cuando el primer argumento de poner es idéntico al primer argumento del predicado no verbal que constituye su segundo argumento, p. ej., Eva puso a Max en peligro, Evai sei puso en peligro:
estar al corriente de una cosa. fr[ase] Estar enterado de ella. [...] poner a alguien al corriente de una cosa. fr. Enterarle de ella. (RAE 1992:409)
ponerse al corriente. fr. Enterarse, adquirir el conocimiento necesario. (RAE 1992, p. 1162)
Análogamente, Moliner (1975, vol. II, p. 578) trata el GPpred estar en orden como una entrada independiente e incluye como ejemplos de uso oraciones en las que dicho GPpred es un argumento del verbo de elisión tener, "Tiene su documentación en orden", y dejar, "Quiere dejar en orden sus asuntos antes de marcharse":
en orden. (I) Ordenado: Mi mesa [La clase] está en orden. Las fichas están en orden. (II) «Arreglado. En regla. Como es debido». Con todo lo necesario y como debe estar: Tiene su documentación en orden. Quiere dejar en orden sus asuntos antes de marcharse. • Dispuesto: Todo está en orden para la marcha. [...]
Sin embargo, Moliner (op. cit.) crea una entrada distinta, concretamente, poner en orden, para dar cuenta de los casos en los que estar en orden es el segundo argumento del verbo de elisión poner:
poner en orden un asunto. Arreglar o corregir alguna irregularidad o deficiencia en él.
Por el contrario, en otros casos, Moliner (1975, vol. I, p. 375) estructura el problema que estamos analizando de una forma distinta. Así p. ej., tanto la entrada correspondiente al GPpred estar a bien, como la entrada poner a bien, en la que dicho GPpred es un argumento de poner, nos remite a la entrada a bien, donde, a su vez, Moliner señala la "alternancia" que puede haber entre el Vsop estar y el verbo de elisión poner:
estar a bien. V. «a bien».
poner a bien. V. «a bien».
a bien (con «estar» o «poner», y refiriéndose a personas). En buena amistad o armonía.
Posiblemente, la existencia, por un lado, de locuciones verbales con estar, como p. ej., estar pez en Max está pez en matemáticas y, por otro, de locuciones con poner, como p. ej., poner el grito en el cielo en Max puso el grito en el cielo, han contribuido a dificultar aun más una presentación sistemática por parte de la lexicografía tradicional de la problemática que estamos estudiando.
A pesar de la falta de sistematicidad que hemos observado en Moliner (1975), dado que no siempre establece una distinción entre los grupos preposicionales predicativos y las construcciones con verbos de elisión que operan sobre GPpred, Moliner (1975) demuestra en algunas entradas de su Diccionario de uso que posee un concepto implícito de verbo de elisión. Así p. ej., en las entradas de los verbos dejar o dar, Moliner ofrece, en las acepciones correspondientes, definiciones semánticas y ejemplos de uso que corresponden inequívocamente a los verbos de elisión dejar y dar; en efecto, los ejemplos de Moliner (1975, vol. I, p. 877) que citamos a continuación constituyen oraciones en las que dejar opera sobre predicados que seleccionan el verbo de soporte estar, concretamente, el sombrero está como nuevo, el paso está libre o él está preocupado:
3. Hacer que algo a alguien quede de cierta manera, con una operación, acción o influencia: Me han dejado el sombrero como nuevo. Por fin hemos dejado el paso libre. Con lo que has dicho le has dejado preocupado.
A su vez, en la entrada correspondiente a dar, Moliner (1975, vol. I, p. 857) hace referencia a una acepción que corresponde al verbo de elisión dar. Así, todos los ejemplos que proporciona Moliner en relación con dicha acepción corresponden a casos en los que dar opera sobre predicados que seleccionan el verbo de soporte tener, como p. ej., tener fuerzas, tener una buena educación, tener un empleo, tener la clave, tener un (susto, disgustos, celos), tener (consuelo, alegría, pena, tristeza) o tener suerte:
3. Ser causa de que algo o alguien tenga cierta cosa, estado o cualidad: Una copita de coñac te dará fuerzas. Ha dado a sus hijos una buena educación. Le han dado un empleo. Eso nos da la clave de los que ocurre. Dar un susto [disgustos, celos]. Dar consuelo [alegría, pena, tristeza]. Dar suerte.
Análogamente, en algunas de las entradas correspondientes a nombres predicativos, Moliner nos ofrece ejemplos en los que dichos Npred son argumentos del verbo de elisión dar; así, en la segunda acepción de la entrada correspondiente al Npred opción, Moliner (1975, vol. II, p. 570) nos brinda un ejemplo en el que opción aparece con su verbo de soporte tener, "Tiene opción a viajar gratis como empleado de la compañía" y otro ejemplo, en el que tener opción es un argumento del verbo de elisión dar, "La entrada da opción a una consumición":
2. («Tener»). Derecho a cierta cosa; particularmente, en estos dos casos: • Derecho a ocupar cierto empleo o dignidad. • Derecho derivado de cierta cosa o anejo a cierta cosa: Tiene opción a viajar gratis, como empleado de la compañía. La entrada da opción a una consumición.
Obsérvese, asimismo, que Moliner (1975, vol. I, p. 877) equipara implícitamente los verbos de elisión poner y dejar, al plantearse su posibilidad o su imposibilidad de conmutación:
Obsérvese que tampoco en este sentido son intercambiables «dejar» y «poner»; se dice poner rojo de vergüenza, el azafrán pone amarillo el arroz; y, en cambio, dejar avergonzado o dejar abatido [...] En algunos casos son aplicables ambos verbos y se dice «poner triste» o «dejar triste» según que se trate de una tristeza momentánea que dura lo que la impresión que la causa o que se trate de un estado permanente, de más o menos duración.
Las referencias de Moliner a los verbos de elisión no constituyen un ejemplo único en nuestra lexicografía. De hecho, Cuervo (1886-1893) hace ya una referencia explícita a un uso de dejar, cuya definición semántica y ejemplos de uso coinciden con el verbo de elisión dejar. Así, en relación con el significado del verbo de elisión dejar, Cuervo (1886-1893, vol. II, pp. 857) señala:
[...] descartado el concepto de separación, el verbo [dejar] significa solamente el estado ó situación en que queda un objeto de resultas de la acción de que se trata (trans[itivo]).
Los múltiples ejemplos de uso que proporciona Cuervo (1886-1893, vol. II, pp. 857-858) corresponden a construcciones en las que dejar opera sobre predicados no verbales y, entre dichos ejemplos, cabe destacar aquellos en los que el segundo argumento de dejar es un adjetivo predicativo:
Con un pred[icado].
Dejar airoso, feo, fresco, molido á alguno; dejar á todos iguales.
[...] dejaste | Alegre al cielo todo, á España triste. [...]
Tan lleno dejó [Angélica] el mundo de sus impertinencias como de la fama de su hermosura.
[...] Deja el valor, y la elocuencia muda. [...]
Dijo, y dejó á todos admirados. [...]
Si son bien distribuídos [los premios], aunque toquen á pocos, dejan animados a muchos. [...]
Los servicios mueren sin el premio; con él viven y dejan glorioso el reinado. [...]
[...] dejar menos admirable su resolución. [...]
Lo que [la fortuna] deja perdido y desafuciado, remedia la ciencia fácilmente. [...]
Los excesivos gastos de mi casa me dejaron de todo punto vacío de joyas y dineros.
Asimismo, Cuervo (1886-1893, vol. II, pp. 743-744) hace referencia a una acepción de dar, cuya definición semántica, "causar, ocasionar, mover (trans[itivo])", así como los ejemplos que ilustran su uso coinciden con el verbo de elisión dar. En efecto, los siguientes ejemplos son construcciones en las que el segundo argumento del verbo dar es un nombre predicativo que selecciona el verbo de soporte tener, como p. ej., tener pesadumbre, tener (celos, enojos), tener alteración, tener admiración:
[...] nunca se la habían querido cortar por no darle pesadumbre.
Veía que la Torralva venía ya muy cerca, y le había de dar mucha pesadumbre con sus ruegos y lágrimas.
[...] Dando á Marramaquiz celos y enojos.
Mas alteración le dio mi sentencia, que le había dado la de su muerte.
Como pudo hizo la señal de la cruz en el pecho, lo cual dio admiración á todo el pueblo. Cuervo (1886-1893, vol. II, p. 743)
La revisión que hemos realizado en este capítulo pone de manifiesto que el concepto de predicado que propone la sintaxis léxica tiene antecedentes en nuestra tradición gramatical y lexicográfica. Por un lado, hemos podido analizar obras de nuestra tradición en las que se han estudiado características sintácticas de los nombres y los adjetivos predicativos, que aparentemente habían quedado circunscritas exclusivamente al estudio de la sintaxis verbal. Por otro lado, hemos analizado la contribución implícita y explícita de la lexicografía tradicional al estudio de los verbos de elisión. En la medida en que las aportaciones de la gramática y la lexicografía tradicionales han contribuido a ampliar el concepto de predicado, podemos considerar el concepto de predicación de la sintaxis léxica del español como una extensión y un desarrollo del concepto de predicado de nuestra tradición gramatical y lexicográfica.
Volumen 23 (2006) ISSN: 1139-8736 |