ISSN: 1139-8736


BÁEZ SAN JOSÉ, Valerio (2002), Desde el hablar a la lengua.
Prolegómenos a una teoría de la sintaxis y la semántica
textual y oracional, Málaga, Ágora, 360 p., ISBN: 84-8160-089-1 1
P. Pablo Devís Márquez (Universidad de Cádiz)



Dos son las razones que nos conducen a reseñar el libro del Dr. Báez San José: 1) fue él quien nos introdujo en los estudios lingüísticos y esta obra podría considerarse un compendio del pensamiento que este autor ha ofrecido a lo largo de toda su carrera investigadora, y 2) este trabajo muestra una tendencia ideológica diferente a la nuestra, si bien ambas se enmarcan en el ámbito de la denominada teoría de los esquemas oracionales, de la que el Dr. Báez San José no deja de ser el principal impulsor. No es éste el lugar para mostrar disensiones y sí para ejercer la tolerancia que debe tener toda persona que se enfrenta a ideas que difieren de las suyas en cualquier ámbito del pensamiento. Es nuestro deber dar noticia de una obra que consideramos de obligada lectura para todo aquel que se interese por eso que tradicionalmente se ha denominado sintaxis oracional y semántica oracional y textual.

Pues bien, el objetivo fundamental de este libro no es sino la elaboración de unos presupuestos teóricos - la teoría de los esquemas oracionales - para la creación de diccionarios de construcciones oracionales y suboracionales de las lenguas históricas, construcciones a las que se considerará el resultado de un proceso de abstracción que se inicia en el hablar (el hablar como principio). Estamos pues ante una obra de teoría lingüística que no pierde de vista el objetivo final de todo lingüista: la descripción, para su conocimiento y aprendizaje, de las lenguas particulares, en este caso concreto de sólo dos de sus aspectos, el oracional y el suboracional.

El trabajo del Dr. Báez San José muestra una clara división tripartita. Entre cada una de esas partes existen diferencias notables de extensión. En la primera (págs.23-45) se ofrece una revisión crítica de antecedentes en la elaboración de diccionarios construccionales. El autor se centra en la teoría valencial de la Escuela de Leipzig (G. Helbig, W. Schenkel, K. E. Sommerfeldt y H. Schreiber, sobre todo), en la lexicogramática de M. Gross y sus seguidores (J.-P. Boons, A. Guichet y Ch. Leclère, fundamentalmente) y en la llamada semántica oracional de P. Koch. La segunda de las partes, la más breve (págs. 47-52), prepara al lector para el siguiente capítulo y en ella: 1) se incide en la distinción entre ciencias naturales, ciencias auxiliares y ciencias de la cultura. En estas últimas se incluye la lingüística, 2) se hace un conciso repaso histórico de los principios básicos que han regido los estudios lingüísticos hasta la actualidad, y 3) se indica el enfoque que se va a tomar: partir de una teoría del hablar hasta llegar a la descripción de las lenguas particulares.

La tercera parte es la más extensa y esencial del libro (págs. 53-338). Muestra una idea global del pensamiento lingüístico del Dr. Báez San José. La cuestión fundamental estriba en explicar cómo es posible pasar de una lingüística del hablar a una lingüística de las lenguas. Por hablar se entiende comunicarse con alguien intencionalmente y de ello se deriva, piensa este autor, que todo hablar es conversación (diálogo). Se ofrece una propuesta teórica de los tipos de conversación o diálogo (monologal monológico, monologal dialógico, dialogal monológico y dialogal dialógico) y se define el concepto de acto de hablar, origen del proceso de abstracción que nos llevará al establecimiento de una lingüística de las lenguas: « es un acto de hablar toda cadena de elementos lingüísticos emitida por un hablante concreto, entre pausas y con un contorno de entonación determinado, que contesta hic et nunc o que podría ser respuesta a la pregunta ¿qué sucede/pasa/acontece/ocurre? Todo acto de hablar es comunicarse con alguien intencionalmente y lo que comunicamos en cada uno de ellos es lo que se concibe como un suceso más o menos complejo » (p. 54).

Ante la diversidad de actos de hablar, el Dr. Báez San José pasa, mediante la abstracción, de éstos a lo que denomina enunciados. Un enunciado es un acto de hablar extraído de la intervención en la que estaba incluido. La intervención, a su vez, se concibe como «lo emitido ininterrumpidamente por uno de los interlocutores, desde el comienzo de la conversación hasta el principio de la intervención de otro, desde el final de la intervención de uno hasta el principio de la de otro, o desde el final de la intervención al final de la conversación por otro interlocutor» (p. 58). En el enunciado se prescinde del hablante concreto y del oyente concreto y se presupone «1) no ya un hablante particular, sino un locutor potencial (y, naturalmente, un receptor potencial), y 2) una curva de entonación que, si en el acto de hablar era individual, en el enunciado es un tipo, puesto que la información suplementaria que tal curva de entonación implica es recuperable, reproducible, y remite, en múltiples variables, a cuatro contenidos de conciencia universalmente válidos: exclamación, aserción, mandato/ruego, pregunta» (p. 72). El Dr. Báez San José continúa con su idea del enunciado como un conjunto de subestructuras performativas y performadas. El enunciado se concibe, pues, como la estructura resultante de un hecho complejo que consiste en «la constatación presente de un suceso performativo (aseveración, mandato o pregunta de un hablante potencial a un oyente potencial) que, a su vez, asevera, pregunta sobre u ordena/ruega un suceder pasado, presente o futuro, real, posible o imposible, deseado o no, de un evento, o es un suceso complejo que constata el suceder presente de un suceso performador aseverativo de un evento y, al mismo tiempo, el suceder presente de un suceso anteriormente aseverado» (pp. 74-75).

Desde el momento en que sustantivo, adjetivo, verbo y adverbio se consideran unidades propias del enunciado, el Dr. Báez San José se inclina por una reelaboración de la propuesta que, partiendo de los modos de concebir la realidad de la fenomenología de Husserl, estableció E. Coseriu (cf., Funktionelle Syntax (1984)) acerca de los denominados significados categoriales. Será en este momento cuando el autor se detenga, ayudado por su colaborador, el Dr. Fernández Rodríguez-Escalona, en problemas de la llamada sintaxis suboracional y se preocupe, por ejemplo, de la delimitación de esquemas sintáctico-semánticos de los sustantivos que llama eventivos (los relacionados con un verbo y que expresan un acontecimiento: caída, agotamiento, paga, declaración...). No se olvida la descripción del comportamiento de las unidades a las que se asigna estos significados categoriales en español.

Inmediatamente después, se alude, brevemente y con la colaboración de la Dra. Garcés Gómez, a cuestiones como la coordinación, la yuxtaposición y la subordinación. El tratamiento resulta algo diferente de los tradicionales, tanto por lo innovador como por las dificultades que puede acarrear: « Los actos de hablar yuxtapuestos son series de n actos de hablar a cada uno de los cuales corresponde un enunciado diferente y su información es recuperable a partir de los n actos de hablar, cada uno de los cuales implica un enunciado distinto, es decir, una cadena compleja de estructuras performativas existenciales y no existenciales, más una cadena no performativa. La estructura coordinada, por el contrario, corresponde a un solo acto de hablar, que implica una sola estructura performativa compleja. Finalmente, las llamadas cláusulas subordinadas o son parte de la estructura no performativa de un acto de hablar o son actos de hablar que presuponen, para su recuperabilidad (posibilidad de ser entendidas), la parte no performativa de un acto de hablar que no está expreso en tal acto de hablar » (pp. 157-158) .

El Dr. Báez pasa finalmente al gran caballo de batalla de lo que ha sido su vida investigadora hasta el momento: el esquema oracional. La diversidad tan enorme de los enunciados de una lengua particular obliga al investigador a continuar ese proceso de formalización simplificadora iniciado en los actos de hablar. Los esquemas oracionales surgen como representaciones genéricas de múltiples enunciados y su concepto queda definido como « estructura ségnica, constituida por 1) un núcleo predicativo, 2) eventualmente, unas variables lingüísticas del tipo alguien, algo, algún modo, algún lugar, algún momento, algún tiempo, que algo sucede, que algo suceda, si algo sucede, etc., sin las cuales tal unidad compleja no podría concebirse, y 3) eventualmente, unas preposiciones. El esquema oracional es una estructura sintáctico-semántica que se opone formal y semánticamente a los demás esquemas posibles: a) a aquéllos que tienen el mismo contenido léxico en el núcleo predicativo, pero distinta relación de las variables con el mismo, b) a esquemas con otro núcleo predicativo léxicamente diferente, c) a otros esquemas con el mismo núcleo predicativo material, pero que, al tener otras variables, constituye otro esquema oracional, y d) a otros esquemas con diferente núcleo predicativo y, eventualmente, las mismas o diferentes variables y las mismas o diferentes relaciones entre ellas y el núcleo predicativo » (pp. 176-177). A partir de aquí surge la discusión sobre problemas en los que el acuerdo entre los integrantes de la teoría de los esquemas oracionales aún no ha llegado. Realmente, ni siquiera lo ha hecho en lo que al propio concepto de esquema oracional se refiere. El Dr. Báez San José muestra su visión personal y, quizás, fundamental, pues, no lo olvidemos, no deja de ser la cabeza visible de todo el entramado que envuelve a esta propuesta teórica. Se habla así, sobre todo, del problema de las denominadas variables intralingüísticas (concepto, número y tipos) y del de las consideradas funciones sintácticas oracionales: sujeto (al que se sigue caracterizando como determinando 0), núcleo predicativo, complemento oblicuo o suplemento, objeto directo o implemento, objeto indirecto o complemento y atributo. Las elaboradísimas, y útiles, caracterizaciones semánticas (mejor paradigmáticas) que se presentan en este capítulo de estas funciones chocan con el pensamiento de parte de los partidarios de la teoría de los esquemas oracionales, para quienes los valores paradigmáticos no corresponden a las funciones sintácticas, sino a los componentes de lo que el Dr. Báez San José llama esquema oracional (verbo y variables intralingüísticas).

La cuestión de la obligatoriedad de los constituyentes oracionales no es tratada en este apartado como problema, ya que el Dr. Báez San José se mantiene firme en su criterio de las estructuras performativas como solución. Sí se echa en falta, pensamos, una profundización sobre todo aquello que tiene que ver con el orden de los constituyentes en el esquema oracional. Sólo se aborda el orden de determinación en esquemas en los que aparecen lo que este autor llama suplemento e implemento (objeto directo) y en aquéllos en los que existen dos suplementos. Los criterios para la asignación de valores ordinales a los constituyentes de una estructura oracional –el lógico, el de la temporalidad no lingüística y el designativo (pp. 244-248)- con toda seguridad suscitarán el debate entre los representantes de las distintas tendencias que en la actualidad presenta la teoría de los esquemas oracionales.

Advertíamos al principio de nuestra reseña de la falta de acuerdo que existe entre algunas de las propuestas que plantea el autor de este libro y las que nosotros sostenemos sobre los mismos asuntos. No obstante, ello no nos impide recordar que esta obra gira en torno a una idea fundamental que, desde nuestro punto de vista no es sino el máximo logro de la vida investigadora del Dr. Báez San José y con la que no podemos dejar de estar de acuerdo: frente a otras tendencias lingüísticas que recurren a complicadas fórmulas algebraicas, lógicas o de otro tipo que en absoluto tienen que ver con las lenguas históricas (incluimos aquí también la influencia básica del autor de este libro: la gramática praguense), el Prof. Báez se plantea como recurso de simplificación (sistematización) de lo que él llama actos de hablar, esto es, de parte de lo que es la actividad concreta de hablar una lengua, la selección de determinadas expresiones lingüísticas que sirvan como representaciones genéricas de otras muchas. Ello nos hace pensar en futuras utilidades de esta hipótesis teórica, no sólo en lo que se refiere a la elaboración de gramáticas descriptivas de lenguas particulares y de una tipología lingüística o lingüística general, sino también, por ejemplo, en todo lo que tiene que ver con su aplicación como método de enseñanza de lenguas para hablantes no nativos.





Notes

1 Primera versión de la reseña publicada en: Revista Internacional de Lingüística Iberoamericana (RILI), 3(1) 2005: 209-213



Índice general  I  Siguiente



Volumen 23 (2006)
ISSN: 1139-8736