ISSN: 1139-8736
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3.1.2. Lenguaje escrito versus lenguaje oral

Las manifestaciones concretas de la lengua han sido descartados como objeto de estudio por muchas escuelas estructuralistas empezando con Saussure y su dicotomía estricta lengua / habla. Ciertamente, cada individuo utiliza la lengua en un sin fin de situaciones y con los más variados objetivos. Naturalmente, no podemos pretender enumerar todos los usos diferentes, probablemente no llegaríamos a terminar nunca este trabajo y no tendría tampoco ningún sentido. Cuando estudiamos el habla buscamos las características comunes que se deben encontrar en la gran diversidad, buscamos las funciones generales subyacentes e intentamos establecer "las categorizaciones funcionales que operan en el sistema" (Domínguez 1998 : 99). No se trata de una tarea fácil, sobre todo cuando nos enfrentamos al lenguaje oral que, tradicionalmente, ha sido considerado caótico, sin forma ni estructura. Intuitivamente sabemos que existe una diferencia entre el lenguaje escrito y el lenguaje oral. Esto salta aún más a la vista si transcribimos narraciones o diálogos grabados. En el lenguaje oral encontramos pausas, hesitaciones, frases no completadas, el hablante empieza una y otra vez hasta llegar a comunicar lo deseado, revisa y corrige frases ya pronunciadas o agrega algo. Veamos, por ejemplo, el siguiente trozo de la grabación de un hablante merideño del corpus que nos ocupa (MDA3MA)2

(2)

Entonces...
estuve estu...
estuve viviendo en un apartamento...
que él compartía con otros muchachos...
pero, cuando yo llegué allá,
este...
parte de ellos se fueron,

Antes de esta parte del discurso, el encuestador había interrumpido al hablante. Parece que este necesita volver a encontrar el hilo de la narración lo que le cuesta algún esfuerzo. Encontramos al comienzo un elemento que señala que va a continuar su discurso pero le hace falta un poco de tiempo para planificar lo que va a decir. Después, el hablante se decide qué decir pero parece que no estaba muy seguro, lo que demuestra la hesitación, piensa un poco más para, luego, sí pronunciar la frase que tenía en mente.

De todos estos fenómenos que se encuentran en el lenguaje oral no se debe deducir que este sea menos organizado que un texto escrito. Más bien el discurso hablado nos muestra algo de los procesos que se desarrollan en la mente del locutor en el momento de producir su mensaje. Si el hablante citado hubiese tenido más tiempo, por ejemplo, si hubiese estado escribiendo, el resultado habría sido probablemente: Estuve viviendo en un apartamento que él compartía con otros muchachos pero cuando yo llegué allá parte de ellos se fueron.

Esta es una oración muy bien formada, según el gusto de los gramáticos pero, por un lado, es mucho más pobre, ya que no hay evidencia de los procesos mentales subyacentes a su producción. Las hesitaciones, falsos arranques, pausas, etc. son señales de la planificación que el hablante está realizando antes o durante de transmitir su mensaje. Hablar es un proceso y como en todo proceso hay avances, contratiempos y errores que se corrigen sobre la marcha. Naturalmente, la transcripción no exhibe la forma acabada que conocemos de los textos escritos. Hay que advertir que no es nada usual que un texto oral sea transcrito (este hecho obedece, generalmente, a un propósito académico), no fue esta la finalidad con la cual se produjo.

Sin embargo, también al escribir un texto, se produce el proceso de la planificación. Todos sabemos cuanto tiempo y energía nos cuesta a veces encontrar una formulación adecuada. Pero, naturalmente, no se incluyen las partes tachadas en la impresión ni se entrega comúnmente el borrador, sino el producto acabado, es decir, el texto limpio.

Halliday (1985, 1989) demostró de forma clara que el lenguaje oral no es "inestructurado" ni "superficial". Y no lo puede ser porque ¿cómo podríamos comunicarnos entonces? Los dos códigos forman parte del mismo sistema, la lengua. Cuando hablamos o escribimos en español tenemos que respetar las reglas y normas de esta lengua. Las particularidades tanto del lenguaje oral como del lenguaje escrito han surgido porque tienen que satisfacer necesidades diferentes. Así, se los utiliza en situaciones diferentes. El contexto en que se inserta el lenguaje oral no es estático sino cambia de forma constante aunque sutil. El lenguaje oral tiene que estar en capacidad de responder a estos cambios, debe adaptarse, debe ser fácilmente moldeable. Por esta razón, exhibe una gama de variación semántica y gramatical de la cual el lenguaje escrito no se tiene que servir. (Halliday 1985 : xxv)

Otro aspecto importante, según Halliday, que contribuye a la diferencia entre los dos códigos, es el de la densidad lexical. Ciertamente es más alta en el lenguaje escrito. La lengua nos ofrece los medios para lograrlo. Por ejemplo, encontramos más nombres en el lenguaje escrito que en el oral. Pero, esto no significa que el último sea menos complejo, que en él haya menos información de la necesaria. Simplemente, estamos ante dos maneras diferentes de presentar la realidad que nos rodea que se utiliza en contextos diferentes con fines diferentes.

También el proceso de descodificación varía. El lector puede escoger la velocidad de lectura y puede leer un pasaje de un texto tantas veces que quiere. Pero el oyente normalmente tiene que entender de una vez el mensaje, puede pedir una, tal vez dos veces que se repita lo dicho. Más veces ya sería extraño. Pero las pausas, hesitaciones, repeticiones, etc. le ayudan al oyente a ganar tiempo que necesita para comprender el mensaje. También es importante la menor densidad lexical. Cada estudiante sabe que para una conferencia magistral se necesita más concentración que para una charla amena con los amigos. En la primera, el lenguaje es mucho más formal, se parece a un texto escrito o es justamente un texto que se presenta en forma oral pero no lo tenemos ante nuestros ojos y, normalmente, no existe la posibilidad de regular la velocidad o pedir repeticiones.3

El problema de que a lo largo del tiempo se ha dado menos prestigio al lenguaje oral surgió porque la adquisición del lenguaje oral es un proceso natural mientras que se necesita cierta instrucción para aprender a leer y escribir. Estas últimas habilidades han sido de suma importancia para tener acceso a mayor educación, a información, al poder en la sociedad. También los lingüistas han contribuido a la situación del supuesto "primado" del lenguaje escrito sobre el lenguaje oral. Solo el lenguaje escrito fue objeto de estudio como ya vimos. La gramática tradicional fijó las normas para ésta y dejó al lado el lenguaje oral. Solo desde hace dos o tres décadas se convirtió en un objeto de estudio interesante para los lingüistas y hoy en día existen numerosos estudios de este tipo.

Parece que en ciertos ámbitos de nuestra sociedad actual la distinción entre ambos códigos se están borrando y con eso los distintos grados de prestigio. Halliday (1989 : 98) menciona algunas razones para este hecho. Empezando con el teléfono, los medios de comunicación hacen posible transportar mensajes orales por el espacio y el tiempo. Los productores de computadoras están trabajando en máquinas que reconozcan la voz humana. Es interesante mencionar en este contexto que los nuevos medios de comunicación hacen surgir un tipo de texto con cualidades no conocidas en los otros medios escritos. Así, investigadores han constatado que los textos en el Internet y el correo electrónico contienen muchos elementos del lenguaje oral pues uno escribe en él como habla y que en el caso ideal se refleja en una carta electrónica el placer en la interacción verbal, además se acepta con más facilidad errores ortográficos y de otro índole que en una carta usual (Fachdienst Germanistik 2/1998, 10).


Notas

2 En el Capítulo 4 apartado 4.3. Los códigos de identificación del presente trabajo explicaré el código de identificación de los hablantes.

3 El lenguaje oral y el escrito no se deben entender como una dicotomía estricta. Se trata de un continuo con varios grados de diferenciación. Hay formas de oralidad que se parecen a la escritura y textos escritos que se parecen al lenguaje oral. El continuo resulta de un conjunto de parámetros comunicativos como son: los roles sociales, número, determinación local y temporal de los involucrados en la comunicación, cambios de turno, establecimiento del tema, grado de publicidad / privacidad, espontaneidad y participación, rol del contexto lingüístico,situacional y sociocultural (Koch y Oesterrreicher 1986 : 19; Traducción de A.B.).


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